¿Qué son las leyendas urbanas?

El término de leyenda urbana fue acuñado por el folclorista estadounidense Richard Dorson, quien definía ésta como una historia moderna que nunca ha sucedido, contada como si fuera cierta. Las historias en cuestión reciben diversas denominaciones por parte de quienes las usan y difunden: en Cuba, por ejemplo, se les conoce como bolas o cuentos de camino, en Colombia se les llama simplemente cuentos. Hay quienes las catalogan como leyendas simplemente, considerando que su función sigue siendo la propia de este género.
Las leyendas urbanas hacen parte de los imaginarios colectivos debido al lenguaje cotidiano que usan y a la serie de símbolos, íconos e índices que se le van agregando durante su transmisión. Es así que, tanto el tiempo como el espacio juegan un papel esencial en su construcción; uno de los principales rasgos es su carácter internacional, se cuenta con mínimas variaciones en su estructura de acuerdo a las ciudades o lugares, es por eso que no cualquier historia se convierte en una leyenda urbana, esto sucede hasta que su difusión, con sus tintes respectivos, se generaliza en sitios (cuantos más mejor) alejados entre sí, y se torna una fuente de información para prever o evitar futuros hechos.
La leyenda urbana puede inspirarse en cualquier fuente, pero incluye siempre un elemento de misterio o incomprensibilidad, detalle importante en el suceso en sí que luego alcanza proporciones gigantescas y exageradas, casi fantásticas, pero que no dejan de ser improbablemente posibles, que se siente amenazador y que, por lo tanto, suscita la necesidad de invocar la protección del conocimiento colectivo. De allí que se transmitan fácilmente y se incorporen al cúmulo cultural como un signo de identidad grupal.
En cuanto al origen preciso de una leyenda urbana es prácticamente imposible de puntualizar, pues en algún sentido, aquel que cuenta que le contaron un "suceso extraño" pasa a convertirse en el primero que lo cuenta, como si se apropiase de la historia y la hiciera suya, cuando en realidad quizá ya haya tomado forma de creencia popular y tenga tiempo de haber sido divulgada.
Muchas de estas leyendas tienen nacimiento en distintos puntos de la geografía mundial, y pueden encontrarse bajo un nombre diferente o una versión distinta de los hechos, dependiendo de las creencias del lugar en que se ubiquen, pero en resumen y en esencia seguirá siendo la misma. Tienen una estructura más compleja (planteamiento, nudo y desenlace) que el chisme o rumor, además de que no tienen como fin desacreditar a una persona en concreto, sino que abordan una problemática que afecta a un número más amplio de personas.
Comúmente, y a diferencia de los rumores y bulos, las leyendas urbanas se apoyan en una trama forjada meticulosamente en función del desenlace, que se condensa en una viñeta violentamente gráfica, a veces redondeada por una moraleja.
La leyenda urbana suele contarse como si fuera un suceso verdadero, en su defecto, como noticia ambigua, que muy bien podrían haber ocurrido alguna vez. Ello exige personajes anónimos, "un hombre", "una mujer", "una pareja" o "un conocido de un amigo", aunque situados siempre en escenarios concretos (determinada ciudad, calle, país) para reforzar el realismo de un argumento que depende íntegramente del grado de verosimilitud de los detalles.